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Abundan las Oportunidades Educativas

Para Mauro Bravo, emigrar a los Estados Unidos como niño abrió caminos profesionales a los que no hubiera tenido acceso de otra manera.

Originalmente de Colombia, Mauro Bravo emigró a los Estados Unidos en 1989 cuando tenía ocho años. En aquel entonces, nota, su plan original era ir a Nueva Jersey, pero el alojamiento se perdió, y la familia terminó yendo a Orlando, Florida, lo que resultó ser un feliz accidente.

"Me siento agradecido de que eso haya sucedido", dice Bravo, "Me ayudó a aprender el patrimonio americano que tiene la Florida Central, comparado con una ciudad mundial como Nueva York/Nueva Jersey, o hasta Miami. Hubo muchos momentos de aislamiento— la comunidad Hispana existía en nichos, y era aún más difícil como éramos una de pocas familias colombianas."

Bravo asistió a la escuela intermedia y secundaria en esa área y se graduó con solo 16 años. "Saqué buenas notas y becas," señala, "pero no sabía cómo mudarme de la casa. Me quedé en Florida porqué no tenía un sistema ni sabía cómo aplicar [para escuelas fuera del estado]. Y solo tenía 16 años, así que estaba muy intimidado."

Descubriendo su Pasión

Mientras Bravo al principio no sabía para donde quería que cogiera su vida, eventualmente descubrió una verdadera pasión y don para la arquitectura, transfiriendo a una universidad que ofrecía los programas adecuados para ayudarlo a desarrollar una carrera en ese campo. "La experiencia me hizo sentir pleno," dice Bravo. "Crecí, y me convertí en la persona que hoy soy en la Universidad de Florida."

Pensando en cómo inmigrar a los Estados Unidos cambió la dirección de su vida, nota, "Tuve la oportunidad de conocerme y descubrir lo que realmente quería hacer con mi vida. Estoy muy agradecido de tener esa oportunidad, y espero haberla aprovechado al máximo." Él va tan lejos como calificar las oportunidades educativas que pudo aprovechar como el ápice de toda su experiencia de inmigración. "Aquí es donde tenía que estar, y es lo que quiero hacer," continúa Bravo.

Dicho esto, señala que el idioma fue su mayor desafío criándose, y sigue siendo uno, incluso 30 años después "Crea un obstáculo en cómo la gente te percibe," dice Bravo. "Y también puede agregar una barrera a la comunicación a veces."

También observa que mientras su experiencia en general fue muy positiva, tenía que superar una cantidad de prejuicios, incluyendo un maestro que "creó una trampa que me dejo suspendido," él recuerda. «Él reclamó que le maldije en español, aunque no lo dije. Ese mismo semestre recibí mi primera nota de C en la secundaria, no pude comprar el anuario, y fui cancelado del equipo de futbol. Las consecuencias de esa nota eran una beca parcial en vez de una completa. Recibí la nota de C de la clase en que presuntamente maldije en español."

Después de graduarse de la Universidad de Florida con su licenciatura en Arquitectura, Bravo regresó a Orlando, donde comenzó a trabajar para una empresa y pudo ascender hasta convertirse en Diseñador Ejecutivo. "[Fui afortunado], tan temprano en mi carrera, de poder diseñar edificios que en realidad fueron construidos», él nota. "Raramente tienes la oportunidad de [pasar por un lugar y] decir 'Yo diseñé ese edificio."

Después de la recesión, él nota, una oportunidad vino de nuevo, cuando una firma basada en Miami lo entrevistó. Meses después se mudó, seguido por su novia de la secundaria, con quien más tarde se caso y ahora tiene dos hijos.

"Mi familia está aquí ahora y ha plantado sus raíces," dice Bravo. "Estamos muy contentos y muy agradecidos por mi experiencia estadounidense hasta ahora. Me siento en casa en Miami, aunque me críe en Orlando. Me encanta la cultura del sur, pero en el mundo en que vivimos hoy, me siento más en casa en Miami que en cualquier otro lugar de los Estados Unidos en este momento.

Mirando Hacia el Futuro

Cuando piensa en qué espera que le guarda el futuro, Bravo admite que, en algún momento, le gustaría regresar a Colombia y llevar lo que ha aprendido para ayudar a los colombianos crecer de la misma manera que él ha crecido.

"Quiero aprovechar este conocimiento y esta experiencia de los Estados Unidos, fundados por hombres y mujeres buscando crear una mejor sociedad, y marcar la diferencia," él señala. Indica que la colonización de Sudamérica a menudo tenía objetivos diferentes a los de Norteamérica, y todavía se muestra en la forma en que están estructuradas las dos sociedades.

Además, nota que, "Hay 10 hombres más como yo aquí, pero muy pocos allá. La ética del trabajo, la mentalidad," en particular, él nota, son cosas que quiere llevar a Colombia. "Salté generaciones de logros," dice, que habrían sido requeridos para llegar a donde está hoy si su familia hubiera permanecido en Colombia.

Salté generaciones de sacrificio. Pudiera haber sido exitoso también, pero hubiera sido relativo a la sociedad allá," continúa Bravo. "Hubiera tomado unas generaciones para llegar a donde estoy hoy. Tenemos doble ciudadanía y una carrera que puede marcar una diferencia. Puedo abrir un negocio, o hasta entrar en la práctica gubernamental. Así que hay una emoción de querer regresar, aunque puedo tener éxito aquí. "Mi hogar está aquí, pero no puedo prevenir el sentido de tener más impacto allá y dejar un legado."

El mejor recurso para cualquier país, enfatiza Bravo, es su gente, y aunque siempre será agradecido a los Estados Unidos, y cree que sus hijos probablemente querrán permanecer aquí también, señala que el futuro probablemente será invirtiendo en la gente de Colombia, usando su éxito como inspiración para ayudar a otros a encontrar sus propias pasiones.

Y todo se relaciona con la educación — las oportunidades que pudo disfrutar como niño, después obtener su licenciatura que le dio su inicio en su carrera elegido. Y el camino eventualmente lo guiará de nuevo a la educación, solo que esta vez será él dando la enseñanza, transfiriendo lo que ha aprendido, ayudando a dar a ellos que no tuvieron la misma oportunidad de inmigración la oportunidad de experimentar éxito también. Es una historia que vale la pena celebrar.

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